lunes, 3 de enero de 2011

San Gregorio y la consolidación de la liturgia romana

Por Mstro. Fernando Panizo
Dos siglos después de la organización realizada por San Ambrosio en Milán, hacia fines del siglo VI tiene lugar otro personaje de gran importancia en la tarea de sistematizar el canto litúrgico. Se trata de la figura de San Gregorio I quien en su labor clerical, también llegó a ser Papa.
En los tiempos de apogeo de Bizancio, San Gregorio había tenido oportunidad de asistir a ceremonias que se realizaban en la Basílica de Santa Sofía. San Gregorio se interesó en la organización de los cantos litúrgicos para la diócesis de Roma y su trabajo quedó patentado en el denominado Antifonario o Libro de los Cánticos Litúrgicos Romanos. Más tarde, este modelo quedó como modelo para las demás diócesis de occidente.
En esta nueva organización de canto litúrgico, San Gregorio añadió cuatro modos más, completando así los ocho modos hoy conocidos. Del igual forma que San Ambrosio en su tiempo, distribuyó los cánticos en un calendario y festividades del Año Litúrgico. Además,  estableció en Roma una escuela denominada Schola Cantorum para formar adecuadamente a los cantores del culto.
Es importante indicar que en tiempos de Gregorio I no existía escritura musical por lo que la formación de esta escuela estuvo principalmente motivada en guardar un registro, de memoria, de estos cantos que se difundieran por vía oral.
 Debido al supuesto papel que desempeñó el papa Gregorio I (El Grande, 590 – 604) este repertorio recibe el nombre de Gregoriano, repertorio que fue difundido hacia el año 800 (s.IX d, C.) por Carlomagno como Rey del Sacro Imperio Romano, aunque cabe precisar que fueron muchos los nombres en una larga lista a través del tiempo, de los obispos y papas que intervinieron en esta tarea.
I.- El Canto Gregoriano y los servicios litúrgicos:
Los servicios litúrgicos son:
Los Oficios y La Misa
II.- Los Oficios y sus principales cánticos.
Los cantos de los Oficios están contenidos en el libro litúrgico llamado Antifonario
Es el servicio que se celebra en los monasterios y en algunas catedrales, todos los días y en determinadas horas del día.
Las principales horas canónicas de los Oficios son:
Maitines: Antes del amanecer.
Laudes: (al amanecer)
Prima: A las 6 a.m.
Tercia: A las 9:00 a.m.
Sexta: A las 12:00 p.m.
Nona: A las 3:00 p.m.
Vísperas: (A l atardecer)
Completas: Inmediatamente después de las Vísperas
III.- Partes musicales más importantes de los Oficios
Desde el punto de vista musical, las partes más importantes de los Oficios son:
Maitines: Incluye algunos cantos más antiguos de la Iglesia.
Vísperas: Incluye el cántico Magnificat anima mea Dominum (Mi alma magnifica al Señor: Lucas I: 46 – 55)
Es en las vísperas en el que desde tiempos primitivos se admitió el canto polifónico y de ahí su gran importancia.
Completas: Incluye los importantes cantos antifonales  a la Virgen María como son:
Alma Redemptoris Mater (Dulce Madre del Redentor) Se canta desde el adviento hasta el 1 de febrero
Ave Regina Caelorum (Salve, Reina del Cielo) Se canta desde el 2 de febrero hasta el miércoles de semana santa
Regina Caeli Laetere (Regocíjate Reina del Cielo) desde Pascua hasta el Domingo de Trinidad
Salve Regina (Salve Reina) Desde Trinidad hasta Adviento
IV.- La Misa
El nombre proviene de la frase final del servicio que dice: Ite missa est (Idos, la misa ha concluido)
Se desarrolló con posterioridad a los Oficios y se constituye en el principal servicio de la Iglesia Católica. En él intervienen todos los fieles católicos.
Las formas principales de Misas son:
La Misa Solemne: (Missa Solemnis) Incluye una considerable parte de canto a cargo del celebrante, un diácono, un subdiácono, junto con el canto polifónico a cargo del coro y/o la comunidad.
La Misa Privada (Missa Privata) es una forma simplificada de la Misa. Un solo sacerdote se hace cargo de las partes anteriores y un ayudante desempeña el papel del coro. Se inclina más a ser hablado que cantado.
La Misa Cantada: (Misa Cantata) Un solo sacerdote celebra la Misa asistido por el coro y/o la comunidad
El Requiem: Misa de difuntos.
V.- Estructura de la Misa
La Preparación
1)      Introito
2)      Kyrie
3)      Gloria (que se omite durante la cuaresma y el adviento)
4)      Colectas
5)      Epístola
6)      Gradual – Aleluya (o dos Aleluyas y ningún Gradual, o Tracto después del Gradual y sin Aleluya, o secuencia después de Aleluya, de acuerdo con la estación o fiesta)
7)      Evangelio
8)      Credo (que se omite en festividades de rango menor
El Ofertorio
9)      Ofertorio
El sacrificio
10)    El Canon, que empieza después del prefacio y Sanctus – Benedictus, y lleva hasta la gran oración de la eucaristía, acabando con la doxología “Per ipsum et cum ipso et in ipso
La Comunión
11)    Pater noster
12)   Agnus Dei
13)   Comunión
La Postcomunión y conclusión
14)    Oraciones finales
15)   Despido (Ite Missa est, o en alguna épocas, Benedicamus Domino)
VI.- Partes musicales de la Misa
Introito: La misa comienza con el Introito: Este originalmente era un salmo íntegro con su Antífona que se cantaba durante la entrada del sacerdote., hasta que se acortó hasta quedar únicamente en un solo versículo del salmo con su Antífona.
Kyrie: El nombre proviene de las palabras griegas Kyrie eleison, Señor ten piedad, siguiéndole Christie eleison (Cristo ten misericordia de nosotros) y finalmente Kyrie eleison. Cada una de las invocaciones se canta tres veces. 
Gloria: Exceptuado en tiempos de Adviento y Cuaresma. Es un canto de alabanza en la que el sacerdote canta: Gloria in excelsis Deo (Gloria a Dios en las alturas) y el pueblo responde, Et in terra paz hominibus (Y en la tierra paz a los hombres)
Colecta: Son plegarias y la Lectura de la Epístola
Gradual y el Alleluia: Cantados por uno o más solistas, con respuestas por parte del coro. En tiempos penitenciales el Alelluia se sustituye por el más solemne Tracto.
Credo: Canto de afianzamiento de la fe.
La Eucaristía
Segunda parte de la Misa y durante la preparación del pan y el vino se canta el Ofertorio.
Oraciones y el prefacio: Parte que antecede al Sanctus.
Sanctus: Canto de alabanza
Benedictus: (Bendito el que viene en el nombre del Señor)
Canon o plegaria de consagración
Agnus Dei (Cordero de Dios)
Comunión: Se consume el pan y el vino.
Postcomunión
Ite Misa est o Benedicamus Dominu (Bendigamos al Señor)
VII.- Los cantos más elaborados de la Misa
Los cantos más elaborados de la misa son:
1)      Los Graduales
2)      Los Aleluyas
3)      Los Tractos
4)      Los Ofertorios
Estos cantos son de naturaleza responsorial
El Gradual:
Se cree que el nombre de Gradual tomo el nombre de las gradas que conducían al púlpito desde el cual cantaba el diácono.
 Son melodías sumamente elaboradas y más floridas que los Tractos. Llegaron desde Roma hacia las Iglesias francas. Actualmente un Gradual es un responsorio abreviado. Tiene un estribillo introductorio o responso que lo canta un solista seguido por el coro, luego continúa  un solo verso de salmo cantado por el solista y sobre la última frase canta el coro.
Los Aleluyas
Constan de un estribillo sobre la palabra alleluia y de un versículo seguido por la repetición del estribillo.
Un solista o solistas cantan la palabra alleluia, repitiendo el coro la palabra alleluia. Le sigue el jubilus, que consiste en una sección melismática sobre la sílaba “ia” de la parte final de la palabra alleluia.
Lueo el solista canta el versículo, el coro se auna sobre la última frase después del cual el coro canta todo el alleluia con el jubilus.
Los Tractos:
Cantado al dejar de entonarse el Aleluya en tiempos de penitencia.
Los Tractos son los cantos más extensos de la liturgia y esto se debe a sus textos dilatados y por su característica de recargados melismas.
Musicalmente se basan en la variación compleja de una fórmula melódica sencilla, muy similar a un tono sálmico.
Los hay cuyo textos tienen frases de penitencia y pesar y están sobre el II modo. Son los más extensos y serios.
También hay tractos que están escritos sobre frases de esperanza y consuelo y se hayan en el VIII modo.
El Ofertorio
Son cantos que se cantan durante la ceremonia de la presentación del pan y el vino. Originalmente eran cantos extensos a cargo de la congregación como del clero. Al acortarse la ceremonia del ofertorio estos cantos se acortaron.
Los ofertorios comprenden muchas variedades de forma y clima, y exhiben técnicas de repetición motívica y rima musical y sus melismas están estrechamente vinculados al texto cumpliendo funciones expresivas como también ornamentales.
VIII.- Clases de Canto Gregoriano
Los cantos llanos gregorianos podemos dividirlos en:
Según la fuente escrita:
Los que se basan en texto Bíblico
Los que no se basan en texto Bíblico
Estos a su vez podemos subdividirlos en:
Según la forma artística del texto
Los de texto en prosa
Los de texto poético
Según la manera de cantarse
Responsoriales
Antifonales
Textos Bíblicos en prosa
Lecciones del Oficio
Epístolas y el Evangelio de la Misa
Textos Bíblicos poéticos
Están:
Los Salmos y cánticos
Textos poéticos no Bíblicos
Himnos y las
Secuencias
IX.- Clasificación según la manera de cantar un Canto Gregoriano
Tenemos también los cantos gregorianos según se canten o se hayan cantado antiguamente
Antifonal: Coros alternados
Responsorial: Alternando solista y coro
Directa: Sin alternancia
X.- Clasificación según la relación entre notas y sílabas
Silábico: En la que todas o la mayor parte de las sílabas corresponde a una nota por sílaba.
Melismáticos: Varias notas sobre una sílaba.
Neumático: Cantos con frases silábicas con ocasionales melismas breves (cuatro o cinco notas por sílaba)
XI.- Tonos de recitación
Se cantan las plegarias y lecturas de la Biblia.
Constan de una sola nota (la o do) sobre la que se canta rápidamente un versículo o periodo de texto bíblico.
La fórmula introductoria se llama initium y consiste en dos o tres notas iniciales.
Loa tonos del Prefacio y del Padrenuestro son los más ornamentados.
XII.- Tonos Sálmicos.
Son más elaborados que los tonos de recitación.
Los tonos sálmicos y los destinados a la lectura de epístolas y el Evangelio son probablemente los más antiguos procedentes de las prácticas de las sinagogas hebreas.
Todos los tonos salmicos se cantan en los Oficios de manera antifonal. Ej. Dixi Dominus (Salmo 109, y el salmo 110)
Habitualmente al final de cada salmo se canta una doxología menor o el Gloria Patri.
La doxología más usada es: et in saeculom saeculorum, amen
XIII.- Antífonas
Las Antífonas son el género más numeroso de canto llano (alrededor de 1250)
Destinadas a un grupo de cantores antes que a un solista.
Habitualmente silábicos y ligeramente floridas.
Son basadas en fórmulas melódicas repetitivas o variadas, silábicas y ligeramente floridas con movimiento melódico gradual, rango limitado y de ritmo sencillo.
Su práctica se remonta también a los judíos en la música eclesiástica primitiva de las sinagogas.
Muchas antífonas fueron compuestas para fiestas adicionales que se introdujeron en el siglo IX y XIII (Algunos para procesiones y otras para ocasiones especiales)
XIV.- La teoría musical y los modos eclesiásticos.
Hacía el siglo XI, se reconocía en el sistema medieval musical ocho modos, diferenciados según la posición de tonos y semitonos en una octava diatónica construida sobre la finalis o final que en la práctica era la nota final de la melodía de un canto.
Los modos se identificaban por números. Los pares eran los auténticos (originales) y los impares eran los plagales. (derivados)
XV.- Especificaciones respecto a los modos eclesiásticos.
Las escalas modales auténticas se anotaban como escalas de teclas blancas que ascendían desde las notas
Re (Modo I), Mi (Modo III), Fa (Modo IV), Sol (Modo VII) con sus correspondientes plagales situadas una cuarta más abajo.
Estas notas no representaban una altura específica absoluta, pues en la música gregoriana de la Edad Media se escogía de modo que los esquemas interválicos distintivos pudiesen notarse con un uso mínimo de accidentes.
XVI.- La enseñanza del canto a primera vista.
Se basó en un método perfeccionado por el monje del s. XI, Guido de Arezzo cuya base era la memorización de seis tonos según el esquema Do, re, mi, fa, sol, la que dio en llamar sistema del hexacordio.
En este esquema cae un semitono entre el tercero y el cuarto grado.
Como una manera de memorizar este esquema, señaló un conocido Himno a San Juan compuesto por Paulus Diáconus, Cassinensis:, himno conocido por el nombre de Ut queant laxis. Este Himno fue la base para los nombres de las notas musicales que hoy conocemos.




Cada una de las seis frases comenzaba sobre una de las notas del esquema en orden regular ascendente. Empezando y siguiendo por Ut, re, mi, fa, sol la, Sj
El antiguo Ut que da inicios al himno, hoy es la nota do y los últimos versos SJ de San Juan, hoy corresponde a la nota Si.

El hexacordio de seis notas podía empezar en las notas Sol, Do, o fa respectivamente.
Si comenzaba en Sol utilizaba el
o b cuadrada (b cuadrum),
el hexacordio que empezaba en fa utilizaba el b o    “b redonda”
Puesto que la forma cuadrada del si se le llamaba “dura” y la redondeada “blanda” a los hexacordios del sol y fa se les llamaba duro (durum) y blando (molle)
XVII.- La Mano Guidoniana
Un sistema auxiliar para aprender a leer a primera vista lo constituyó la inventada por Guido de Arezzo denominada la mano Guidoniana.
Con este sistema se enseñaba a los alumnos a cantar intervalos según lo marcase el maestro que enseñaba.
El maestro señalaba con el índice de su mano derecha las distintas articulaciones de la mano izquierda abierta. Cada una de las articulaciones representaba las veinte notas del sistema.
Ningún texto musical en el medioevo o en el Renacimiento estaba completo sin la gráfica de esta mano.










XVIII.- La notación musical
En el siglo IX se utilizaron neumas (recurso nemotécnico de signos que no indicaban alturas pero servía para memorizar su sentido melódico) por encima de las palabras para indicar el sentido ascendente o descendente de la melodía / ó \ ó la combinación Λ
En el siglo X los escribas anotaban neumas a diversas alturas sobre el texto indicando una mayor precisión el curso de la melodía. A estos neumas se les llama neumas de alturas.
Un progreso se da cuando un escriba traza una línea roja para representar la altura de la nota fa.
Con el tiempo se agrega una línea amarilla para representar la nota do`
Hacia el siglo XI, Guido de Arezzo describe su sistema de cuatro líneas en un tetragrama, con letras que indicaban las notas fa, do y a veces sol.
Posible evolución gráfica de la clave de sol







Las claves de do y fa

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